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Libro: El dios de cada uno

El Catedrático de las universidades Complutense y de Iowa, el autor del libro El dios de cada uno 
– Sostiene que la neurociencia niega la existencia de un dios universal.
-Sí. La biología evolutiva nos dice que el hombre es consecuencia de un proceso azaroso, en el sentido de que los genes mutan aleatoriamente y sólo el determinante ambiental hace que tengan un valor y el portador sobreviva o no. La ley sagrada en biología es la superviviencia. No hay más ley que aquélla que empuja al ser vivo a mantenerse vivo. No hay ningún diseño inteligente, ninguna fuerza sobrenatural detrás de la aparición del hombre.
– Somos fruto del azar.
-Sin duda. Y el resultado, tras 3 o 4 millones de años de evolución, es el cerebro humano, que desde los australopitecinos hasta nosotros ha aumentado su peso y complejidad enormemente. Ha pasado de 400 gramos -lo que pesa el de un chimpancé- a 1.450, lo que pesa el nuestro. Y hay otra diferencia importante: el cerebro de un chimpancé pesa al nacer el 75% del peso que alcanzará en su máximo desarrollo.
– El nuestro mucho menos, ¿no?
-Un 25%, aproximadamente, de lo que pesará de adulto. Eso quiere decir que el cerebro humano se construye y desarrolla casi todo fuera del claustro materno, es decir, en interacción constante con el entorno físico, emocional y social, al que absorbe transformándolo en física y química cerebral. Y, así, la bioquímica cambia la anatomía, la anatomía cambia la fisiología -que es la función- y la función da expresión a cada ser humano. Es algo extraordinario porque esa plasticidad que se da fuera del claustro materno es la que hace al ser humano lo que es.
-¿A qué se debe esa particularidad?
-A que hubo un momento en la evolución en que la posición erguida impidió el desarrollo de una pelvis acorde con lo que habían sido las normas biológicas hasta entonces. Hubiese sido necesaria una pelvis cada vez más grande para albergar un canal del parto que permitiese dar a la luz un ser vivo con una proporcionalidad del cerebro tal cual había sido hasta ese momento. La postura erguida implica que la defensa radica en correr y, para correr eficientemente en esa postura, hay que tener la pelvis pequeña. Por eso, fue saliendo cada vez una cría con un cerebro más inmaduro. Pero gracias a eso, insisto, el ser humano es el que es.
Dios y la evolución
-¿Dónde y cuándo entra Dios en escena?
-Dios es sólo una idea sin contrapartida alguna en la realidad sensorial. El hombre es un producto evolutivo. No parece necesario acudir a nada sobrenatural para explicar que estemos aquí. Esto lo comparten la mayoría de los científicos y, particularmente, los biólogos. Toda nuestra interacción con el mundo es a través del cerebro. No hay nada que no haya sido producido por nuestro cerebro y sus códigos. Dios es una idea, como todas, construida por los códigos cognitivos. Incluso la realidad que vemos es producida, en parte, por nuestro cerebro. Son los códigos que traes de serie en el cerebro los que construyen para ti el mundo sólo con un objetivo: ¡mantenerte vivo!
-Para mantenerse vivo él, que soy yo.
-Naturalmente. Nuestro cerebro tiene la capacidad de construir ideas. Usted sabe que tiene una idea de caballo que no concuerda con ninguno de los caballos que existen. Después de ver muchos caballos y por el aprendizaje, los códigos neuronales del cerebro son capaces de crear una especie de patrón en el que encajan todos los caballos. Esto es un abstracto, una idea, esa esencia inteligente, como la llamaría Platón. Ahora bien, esa idea de caballo cobra realidad cada vez que ve un caballo concreto, que cada vez es diferente. Y lo mismo pasa con todo. Nacemos con patrones que crean esas ideas, que constituyen la esencia del lenguaje humano. Y, gracias a ellas, podemos comunicarnos tan rápidamente con los demás sin bajar a los concretos, utilizando los abstractos.
-¿Y Dios?
-Como todas, la de Dios es una idea creada por el cerebro; pero nunca cobra realidad porque Dios no está en el mundo. Si tratamos de encontrar en la realidad un reflejo de la idea de Dios, nos damos cuenta de que no existe. El mundo no alberga nada que encaje con la idea de Dios que tengo en mi cabeza. Por eso, Dios es sólo una idea.
Pensamiento mágico
-Pero en el pasado ha habido quien ha visto a Dios.
-La única manera que han tenido las religiones de sustanciar la existencia de Dios es hacerlo real, traerlo al mundo. ¿Cómo? Haciéndolo renacer tras la muerte, como en el cristianismo, o con apariciones sobrenaturales en tiempos bárbaros de la Historia, como diría David Hume. Respecto a los libros sagrados, ¿quién los ha escrito sino un ser humano? Los dioses, únicos o no, son el corazón de la identidad de los pueblos en su nacimiento. ¿Qué es lo que cuentan los libros sagrados? Que Dios estuvo en la Tierra, o apareció, o le dijo a alguien algo… Y así cada dios fue cobrando una identidad y una realidad a través de la memoria de los pueblos. Libros escritos en los tiempos del pensamiento mágico. Hoy, la Biblia no tiene ningún valor como prueba fehaciente de que haya existido una divinidad. Una cosa es evidente, si hoy entra alguien por la puerta y dice que acaba de hablar con Dios o que por la noche le visita, sin duda, pensarás que sufre algún problema mental.
-Hace siglos que Dios no se manifiesta en el mundo como en la Biblia.
-Dios se ha diluido ante el análisis y la aplicación del método científico. Hemos pasado del pensamiento mágico al crítico. Pensamiento mágico es el que no relaciona de modo riguroso causa y efecto. Hay un ejemplo que lo explica muy bien. Llega un explorador a una tribu, le reciben bien, y se desata una tormenta que mata a varios miembros de la tribu. Al cabo de un tiempo, regresa y vuelve a pasar lo mismo. Pero, a la tercera visita, el jefe se para a pensar y manda matar al explorador nada más asomar la cabeza. ¿Por qué? Porque trae consigo espíritus malignos que provocan tormentas que matan a gente de la tribu. Eso es pensamiento mágico. Causas que no son tales. Lo sobre natural nace porque traemos en el cerebro códigos que alimentan la idea de la sobrenaturalidad.
-¿La evolución ha favorecido eso?
-¡Así parece! Si a un niño le explicas que las flores surgen de las semillas, no te preguntará luego qué hace o cómo se hacen las semillas, sino quién las hace. Eso es pensamiento animista. A lo largo de la evolución, se ha seleccionado el animismo porque ha tenido un valor para la supervivencia. Cuando surgen la agricultura y la ganadería, el hombre comienza a tener tiempo para charlar y preguntarse por el origen del rayo, por ejemplo. Y empieza a pensar que esa fuerza tan tremenda, que está fuera de él y él no ha hecho, sólo puede haber sido hecha por alguien como él, pero que no se ve, que está escondido, que es sobrenatural. O ahí está el caso del Sol, que, de repente, se esconde durante días o semanas, y la cosecha se pierde. ¿Quién dudaría sin más referencias de que el Sol es un ser sobrenatural que está castigando a los hombres?
-Y nacen los dioses.
-Sí. El mundo hasta hace unos 5.000 años fue claramente politeísta. El dios universal es una idea que no tiene más de 4.400 años, cuando Akenatón instituye a Atón como única divinidad. Ahí entró el monoteísmo, la idea de un dios universal, en la Historia. Luego, posiblemente, los autores del Pentateuco se apropiaron de ella porque un grupo unido por un sólo dios es más fuerte, más cohesionado y más capaz de defenderse. Ése es el gran valor de la religión. ¿Pero cuál es su sustrato último?
-¿Responder a para qué estamos aquí?
-Sí, claramente. Pero la religión y la idea de Dios ofrecen una respuesta no contrastada y, desde luego, poco válida para muchos millones de seres humanos, incluidos los budistas. Lo que sí está claro es que la ciencia no da ninguna respuesta. Por eso, la religión tiene todavía un puesto muy prominente en la vida del ser humano. Desde la ciencia sólo nos queda hacer lo que el bíblico Moisés: andar el camino con la única meta de hacerlo lo mejor posible para el grupo. El sentido de la vida, de la tuya y de la mía, está en el grupo. Desde que el hombre es hombre, fuera del grupo está muerto.
La era de la postreligión
-¿Cuánto tiempo les queda a los dioses?
-Nadie lo sabe. Pero sí parece que estamos entrando en la era de la postreligión, en la que posiblemente y poco a poco se vaya perdiendo toda connotación de lo sobrenatural en el mundo. Recientemente, el filósofo George Steiner señaló en un encuentro en Portugal algo así como: “Todas las culturas son mortales. Todas las religiones también. Todas son eventos culturales mortales, como mortales son los hombres que las producen. Y ahora estamos en un periodo de transición. Entramos en la era de la postreligión. El cristianismo va a morir, como ha muerto el marxismo. ¿Qué va a llenar el vacío? ¿Qué nos espera? ¿Qué va a nacer?”.
-Estudiar el cerebro conlleva la aparente paradoja de que es el cerebro el que se estudia a sí mismo.
-Podremos entender cómo funciona el cerebro humano en general y cómo construimos el mundo; pero no la realidad última, mi mundo, lo que yo veo y es producto de mis propias vivencias. Cada uno de los 7.000 millones de seres humanos es diferente y, por eso, cuando muere un ser humano, muere todo un universo, porque cada ser humano es irrepetible. De ahí el respeto último, inviolable, más allá de la religión, a la vida de todo ser humano.


¿Creer o SER? La decisión más importante de tu VIDA.

Creer según el diccionario es: considerar una cosa como verdadera o segura o pensar que existe, sin tener pruebas de su certeza o un conocimiento directo de la misma, diciendo-lo de otra manera suponer…
El ser humano en los últimos milenios basó su vida y existencia en conceptos, ideas y creencias que ha tomado como suyas, las ha hecho parte de su ser y  cultura más profunda. Esto ha dado lugar a una pérdida gradual en la confianza en uno mismo, dejamos que nociones e ideas preconcebidas, heredadas y adquiridas, basadas en suposiciones manejen nuestra vida. Dejamos a la mente controlarnos a su antojo, perdimos nuestra autonomía, la libertad de sentir desde nuestro corazón, de actuar de manera coherente y sensata para con nosotros mismos. Le dimos todo el poder a los pensamientos, a los miedos, reglas, opiniones y credos que aceptamos como nuestros. Esto nos llevó a un callejón sin salida, donde la única opción posible  era seguir unas nociones, reglas y medidas impuestas y recreadas para controlar nuestra libertad y la de los demás.
No podemos Creer y SER…
Cuando creemos nos basamos en la mente analista y básica, en el cerebro retiniano que busca tener el control desde el miedo y la supervivencia que se  basa en comparaciones, pensamientos, creencias, conceptos y memorias guardadas, la mente reptiliana no es capaz de ir más allá de sus recuerdos y reglas, es superficial y sostenida desde emociones inferiores, creencias y experiencias de supervivencia, de privación, escasez y dolor.
Ser es… mucho más profundo, va mucho más lejos de las memorias y los recuerdos. Ser, habla de oír quién somos…, de escuchar nuestro corazón de corazón, de no buscar ni analizar, sino de observar. Ser habla de conocerte y sentirte a ti mismo…, para vivir acorde con lo que eres, con lo que sientes desde el corazón, es vivir  libre de prejuicios, ataduras, reglas, conceptos, memorias restrictivas y  proyectadas desde fuera de nuestra esencia para conocer un destino más o menos estable. El futuro es una realidad que no existe… en el presente y que a la vez lo creamos desde el aquí y ahora…, donde podemos estar en todo lugar y en todo momento. Nosotros decidimos y creamos nuestra realidad y futuro en todo momento, como en todo lugar y en todo espacio…
Ser no es querer conocer el mañana, no se trata de proyectar nada, no significa temer lo que Yo Soy o creo ser…, Ser es ir más allá de las apariencias, de las máscaras, de las ilusiones creadas para adaptarnos, encerrarnos y pertenecer a una vida basada en el control de uno mismo y después en el control del otro a través del miedo y la separación.

Ser es reconocerte libre…, sin credo, religión, política, etnia o doctrina, sin afiliación conocida más que la de Ser auténtico contigo mismo…, desde el corazón de corazón, sin máscaras y miedos.
Ser no habla de creencias…, de miedos, temores o carencias, Ser habla de sentir, de vibrar, de estar allí donde Somos… sólo vibración, amor, paz y energía pura en movimiento, sin apegos ni control, de nada ni de nadie. Es ser siendo lo que soy… conociendo mi  sentir más íntimo, mi centro corazón, es  hablar, vivir o crear desde dentro, donde la única voz es tu corazón sagrado, tu esencia divina. Ser es saber que cuando escuchas, hablas y vives desde dentro, desde nuestro corazón no necesitamos más recuerdos, más análisis, más control, más dependencia ni apego.
Aquí en nuestro centro… todo lo encontramos, todo lo tenemos, todo está ya…, no hay nada que buscar  desde fuera, nada que saber, nada que conocer, sólo Es sentir… y vibrar desde nuestra sintonía, desde nuestra vibración, que nada tiene que ver con recuerdos dolorosos o agradables, sino que se basa en la autonomía, en el autodominio y la autor-realización… de lo que Somos más allá de la forma…,de cualquier forma, más allá de la materia, más allá de una mente analítica y enferma por la supervivencia, el apego y el control.
Ser no es perderte en un mar de dudas, inseguridades, temor, carencias, Ser no es creerte un ser sin elección, sin salida, sin otra opción a la que vives y sientes…
Ser es no proyectar nada fuera, a no ser pura vibración y energía crística, pura energía de amor, equilibrio, luz, alegría, paz y conocimiento sano, constructivo y creativo, que nada tiene que ver con el miedo, el dolor y el sufrimiento que proyecta nuestra mente.
 Ser o Creer
 Si eliges creer no esperes mucho más allá de los recuerdos y experiencias vividas. Si eliges Ser prepárate para un cambio de 360º en tu vida…, desde el momento en que decidas y empieces a poner en práctica tu elección de Ser más allá de lo conocido…, más allá de lo que creíste ser alguna vez…
 Ser no conoce fronteras, no sabe de miedos, dolores o fracasos, Ser, conoce de sentir y vibrar, de amor, abundancia y paz, Ser no habla de sentimientos, sino que es un Estado de la Conciencia…, Ser es un estado, una vibración, un Saber, es el conocimiento de conocer cada hecho, cada circunstancia, cada realidad y cada circunstancia, todo tiene una enseñanza, un crecimiento, aunque no lo podamos entender o comprender.
Ser no conoce de personalidad…, de ego, el Ser sabe que existe pero no le da poder, no dirige su vida.
La personalidad hace su labor, realiza su servicio y sirve al corazón de corazón, ella entiende cuál es su labor y actúa sin oposición, aunque a veces se pueda resistir.

Ser no conoce fronteras…, no conoce de límites, no tiene miedo, Ser es estar donde no se puede estar…, es ver donde no se puede ver…, es vivir donde no hay vida…, porque Él es la misma vida…
 María José

Las pastillas matan, no curan.

Las multinacionales farmacéuticas esconden que los medicamentos son la tercera causa de muerte del mundo, tras las enfermedades cardiovasculares y el cáncer, según ha explicado el danés Peter Gøtzsche, profesor de medicina y farmacología clínica de la universidad de Copenhague y director y profesor del Nordic Cochrane Center, duarante la presentación de su libro“Medicamentos que matan y crimen organizado”.
 En su opinión, capitalismo y salud casan mal, porque las compañías farmacéuticas “no trabajan para mejorar la salud, sino para obtener los máximos beneficios” y para ello “extorsionan, cometen fraude, violan la legislación y mienten”, ha denunciado. El libro  cifra en 200.000 los muertos en EE.UU. al año por medicamentos y, según el farmacólogo español Joan Ramón Laporte, en Europa al menos 197.000 personas fallecen también anualmente por esta causa.
Gøtzsche es conocido por criticar las mamografías sistemáticas a partir de los 40 años porque, en su opinión, generan más daño que beneficios, ya que asegura que dos de cada tres cánceres de mama que se detectan son falsos y llevan a la mujer a la quimioterapia y a tratamientos con importantes efectos adversos, y se muestra especialmente crítico con los antipsicóticos y antidepresivos, de los que ha dicho que“deberían estar prohibidos en adolescentes y jóvenes”.
El autor y Laporte han resaltado que los antidepresivos no son efectivos contra la depresión, “sino que aumentan la tasa de suicidios del 2% al 4,5% anual”. Además, Gøtzsche ha recordado que la fluoxetina se aprobó por primera vez en Suecia con sobornos y la agencia reguladora alemana la consideró totalmente inadecuada contra la depresión. Ambos expertos han denunciado que empresas como Pfizer, Glaxo o Lilly, la han vendido ocultando que incrementaba la tasa de suicidios, igual que Merck no informó de que su antiinflamatorio Vioxx producía infartos antes de tener que retirarlo del mercado, y han sido muy críticos con la invención de nuevas enfermedades para vender tratamientos, como el TDAH (Transtorno por Déficit de Atención),  que apareció tras las quejas de los maestros de niños que no atendían en clase.
En EE.UU, el 11% de los escolares están diagnosticados de TDAH, los fármacos que toman actúan como la anfetamina y la cocaína, y sólo mejoran el comportamiento en clase, pero no su rendimiento escolar. Estos medicamentos, según estudios realizados con animales, producen lesiones cerebrales.
También han alertado contra la polimedicación y han citado como ejemplo Dinamarca, un país donde 1 de cada 8 personas toma 5 medicamentos o más al día, advirtiendo que se debe luchar para que la formación continuada de los médicos sea independiente de los laboratorios, y no como ocurre en España, donde el 95% la financian ellos.

La industria farmacéutica es el tercer sector de la economía, tras el del armamento y el narcotráfico, y en EE.UU. obtiene unos beneficios cuatro veces más altos que los demás, además de ser el que acumula más delitos por estafa al Gobierno, habiendo conseguido ser protagonista de su propia regulación y regularse a sí mismo. Como dato, en 2010 cuatro de los diez directivos mejor pagados de EE.UU. trabajaban en el sector farmacéutico, con sueldos de hasta 145 millones de dólares al año

Evidencias de ovnis en la antigüedad: 1 y 2.

¿NOS DA MIEDO PENSAR? Bertrand Russell

"Los hombres temen al pensamiento más de lo que temen a cualquier otra cosa del mundo; más que la ruina, incluso más que la muerte.
El pensamiento es subversivo y revolucionario, destructivo y terrible. El pensamiento es despiadado con los privilegios, las instituciones establecidas y las costumbres cómodas; el pensamiento es anárquico y fuera de la ley, indiferente a la autoridad, descuidado con la sabiduría del pasado.

Pero si el pensamiento ha de ser posesión de muchos, no el privilegio de unos cuantos, tenemos que habérnoslas con el miedo. Es el miedo el que detiene al hombre, miedo de que sus creencias entrañables no vayan a resultar ilusiones, miedo de que las instituciones con las que vive no vayan a resultar dañinas, miedo de que ellos mismos no vayan a resultar menos dignos de respeto de lo que habían supuesto.
¿Va a pensar libremente el trabajador sobre la propiedad? Entonces, ¿qué será de nosotros, los ricos? ¿Van a pensar libremente los muchachos y las muchachas jóvenes sobre el sexo? Entonces, ¿qué será de la moralidad? ¿Van a pensar libremente los soldados sobre la guerra? Entonces, ¿qué será de la disciplina militar?
¡Fuera el pensamiento!
¡Volvamos a los fantasmas del prejuicio, no vayan a estar la propiedad, la moral y la guerra en peligro!
Es mejor que los hombres sean estúpidos, amorfos y tiránicos, antes de que sus pensamientos sean libres. Puesto que si sus pensamientos fueran libres, seguramente no pensarían como nosotros. Y este desastre debe evitarse a toda costa.

Así arguyen los enemigos del pensamiento en las profundidades inconscientes de sus almas. Y así actúan en las iglesias, escuelas y universidades."