La momia del papa San
Pío I es una de las mejores conservadas en la historia de la
humanidad. Su cadáver no fue embalsamado, se momificó de manera natural por un
periodo cercano a los 1,700 años.
Sus restos son
considerados un verdadero hallazgo para la ciencia, pues a pesar de que en vida
sufrió de enfermedades cardiovasculares, cálculos biliares, gota, diabetes,
caries y tuberculosis, sus órganos se conservan intactos.
Este obispo fue un
hombre de época para la iglesia, ya que es considerado como el primer
papa oficial de la orden. Nació en Aquilea, Italia. Y murió en el año
155, para después ser enterrado en la hermosa catedral de Aquilea.
Mucho tiempo
después, en el año 1789 el edificio de la catedral fue demolido. El ataúd del
papa fue abierto y para sorpresa de todos, el cuerpo se encontraba en perfecto
estado. Finalmente el cuerpo fue trasladado a una capilla en el año 1875.
Estudios aseguran
que existen varias razones por las que el cuerpo se ha conservado de tan buena
manera. Primero porque se momificó de manera natural gracias al aire, porque
falleció entre los meses de noviembre y diciembre, que son los más fríos del
año y por la gran cantidad de plantas y humedad que había al interior de la
cripta.
Pero fue hasta el
año 2010 que un grupo de científicos tuvo la oportunidad de estudiar
detenidamente los restos.
La almohada y el
colchón del ataúd estaban llenos de plantas y vegetales que desprendían un olor
muy fuerte, probablemente para disimular el olor del cadáver, pero también para
preservarlo. Había lavanda, menta, lúpulo y bayas de enebro”.
Sin embargo, lo
verdaderamente sorprendente fue cuando desprendieron las vestiduras del ataúd,
pues encontraron una gran cantidad de documentos que narraban diferentes
versiones de la supuesta vida del hijo de Dios, Jesús de Nazaret.
El descubrimiento
sugiere que altos mandos de la iglesia católica escondieron la evidencia que
prueba que la historia del mesías fue solo un invento para llevar a
cabo los propósitos de la orden.
Entre los
documentos se pudieron encontrar las historias de cientos de profetas que
tuvieron una vida muy semejante a la de Cristo, entre los que destacan las
figuras de Horus, Mithra, Krisna, Dionisio, etc.
Luego del hallazgo
comenzaron a surgir una gran cantidad de versiones acerca de lo que en verdad
sucedió con Jesús. Por su parte, la ciencia sostiene que existe evidencia para
probar la existencia de Jesús el hombre, pero no como la vida del supuesto hijo
de dios, esa es una narración creada a partir de la vida de otros
profetas y de distintas culturas del mundo.