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LOS EGREGORES DE LA SOCIEDAD, LOS EGREGORES DE TI.

Los egregores son acumulaciones de sustancia psíquica creada por la humanidad por sus correctos o incorrectos métodos de vida; es decir, el hombre es esencialmente un creador, que está creando en múltiples direcciones, y en varios niveles de actividad, teniendo en cuenta que el hombre posee un cuerpo físico, un vehículo etérico, un cuerpo emocional o psíquico, una mente razonadora por lo tanto, todo cuanto veamos a través de los egregores es una pequeña parte de las construcciones o estructuraciones humanas en los mundos invisibles, aquello que no vemos, porque ¿qué representa para nosotros un ambiente social o la civilización o la cultura de los pueblos? Aparentemente es muy abstracto ¿verdad?, pero esta abstracción tiene una base plena y completamente objetiva, si la persona piensa correctamente creará acumulaciones de sustancia emocional, mental, etérica o física densa de alta fuerza; si la persona tiende por sus métodos erróneos de vida a actuar, pensar, sentir, erróneamente, contra la ley natural, como técnicamente se dice, veremos que por el contrario está afeando el ambiente. Cuando entramos en cualquier lugar y decimos que hay mal ambiente o buen ambiente ¿por qué lo decimos?, aparte de que pueda haber una pequeña disquisición de tipo psicológico o que la persona sea extremadamente sensible, pero todos nosotros, estoy seguro, nos hemos encontrado con ambientes que nos han parecido aceptables y otros rechazables, entonces, ¿por qué existe este freno, esta barrera desconocida?, ¿no puede existir algo objetivo que cause este ambiente?, y si existe esta cosa ¿qué será o cuál será la naturaleza de esta cosa? Bien, aquí tenemos algunos de los elementales creados por el hombre, formas psíquicas condensadas por un sistema muy laborioso de reacción del espacio. ¿Qué entendemos por reacción del espacio? El espacio, se nos dice esotéricamente, es una entidad y, naturalmente, cuando decimos que el espacio es una entidad, estamos diciendo algo que quizá pueda parecer chocante, quizá será hasta un poco difícil de comprender, pero si se acepta que hay una potencia mental que puede ponerse en contacto con otra persona, que recibe estas impresiones, si vemos el caso de Uri Geller que también solamente con su voluntad puede hacer muchas cosas que hemos visto, incluso a través de la televisión, cuando una persona normal en carne y hueso, que se denomina el Maestro Saint Germain, ha logrado fabricar oro por la televisión y ha sido reconocido como cierto que era oro puro, ¿por qué no aceptar que existe una forma desconocida de existencia que nos está condicionando, pero que es una condición creada por
la propia humanidad?


Se dice habitualmente que el hombre tiene lo que se merece, y es verdad, y que quien siembra odios recoge tempestades, como decía Cristo, o el que a hierro mata a hierro muere, entonces, si pensamos mal tendremos malos egregores, y si pensamos bien tendremos buenos egregores. Se trata de verificar una purificación, si podemos decirlo así, de nuestros estados habituales de conciencia; si logramos hacerlo, tendremos entidades parecidas a éstas que son las que crean los buenos ambientes. Una de estas fuerzas tremendamente
importantes, uno de los grandes egregores que creó la humanidad a través de los tiempos, motivó hace cientos de años el milagro del Renacimiento, es un milagro angélico, es un milagro de realización, es el principio de una síntesis. Solamente con comparar las formas psíquicas que aparecen a la vista del clarividente, la persona que tiene la capacidad de ver lo que ocurre en el mundo oculto, se ven estas formas negativas, y se ven las formas positivas.
Bien, el sentido de nuestra conversación debería pasar de lo simplemente hipotético o intelectivo a nuestra capacidad de acción; es decir, si Uds. están en una situación mental de expectación, de serenidad, Uds. eliminarán progresivamente estas formas elementales, estos egregores, formados por la voluntad consciente o inconsciente del hombre más algunas de estas misteriosas reacciones del espacio que la ciencia no puede detectar, pero que esotéricamente llamamos energías individualizadas o devas o ángeles, si lo prefieren de esta manera. El espacio lo tenemos aquí, basta que sometamos la mente a una vibración superior para que todo cuanto ven desaparezca, y surgirán otras formas que apagarán estas, entonces, seremos conscientes de ciertos niveles en los cuales existen egregores o formas psíquicas creadas en combinación de los hombres y de los devas, porque todos cuantos de Uds. han estudiado esoterismo sabrán que la máxima esotérica más importante, de la que surge todo el conocimiento, se cifra en esta frase: “La energía sigue al pensamiento”, siendo la energía del pensamiento una reacción del espacio.
El hombre al pensar emite radiaciones eléctricas, estas reacciones eléctricas encuentran una resistencia en el espacio, fruto de esta resistencia es una acumulación de energía o, si Uds. lo prefieren, una substanciación de energía, y después existe una forma, la forma del propio pensamiento, de la intención; por ejemplo, la forma de la pereza es un estado de conciencia, vean Uds., solamente de verla uno casi se duerme, es verdad, es algo que es consustancial precisamente con otros estados de conciencia. La ira, el aura de una persona sujeta a la ira es tremendamente desagradable, por los rayos de fuego que surgen de su aura, en aquel momento la mente no razona, razona el egregor, ¡cuidado!; cuando razona el egregor o esta forma dévica y la persona no razona, tenemos que el egregor toma el sitio de la persona y utiliza a la persona como médium ¡y cuántos no son médium en esta vida, sin que se den cuenta!. Lo son porque a través de sus sucesivos estados de conciencia están acumulando energía, y están creando egregores, están creando formas psíquicas dotadas de conciencia, una conciencia que no quiere desaparecer, quiere mantener su emporio y, entonces, hay una lucha tremenda entre el bien y el mal como estados de conciencia. Al fin y al cabo, ¿qué es el bien y el mal? El bien y el mal son únicamente conceptos de nuestra mente, porque no estamos capacitados todavía para distinguir el bien del mal, al menos desde un ángulo puramente esotérico. Solamente registramos cosas que nos gustan y que son buenas, y cosas que no nos gustan porque son malas, y la balanza se inclina hacia las buenas o hacia las malas, depende de la operación de este equilibrio entre los pares de opuestos en la vida.
EGREGORES COLECTIVOS
Cualquier adepto de movimientos (políticos, deportivos, religiosos…) se convierte en una célula de estas entidades. Para crear un egrégor es necesario que todos los miembros del grupo emitan la misma energía de vibración y que proporcionen regularidad a sus emociones. Para cumplir con ello, los líderes de estos círculos realizan mítines, reuniones, o cultos con el único fin de aumentar el poder del egrégor. Cuanto mayor sea la energía emitida por todos los miembros, mayor será la entidad y más fácilmente se lograrán los objetivos. La vida material del egrégor depende del número de miembros de un grupo, su disciplina, su unión, y su vibración energética.
TEN CUIDADO CON LOS PENSAMIENTOS NEGATIVOS
Toda la realidad física se compone de vibraciones de energía. Los pensamientos también son vibraciones energéticas. Este no es ningún concepto ni ninguna teoría, sino más bien la nueva realidad sobre nuestra existencia. Los pensamientos tienen una poderosa influencia y nos afectan en todo lo que nos sucede. Si estamos pasando por un mal momento en nuestras vidas y todo los que nos rodea es aparentemente negativo, comenzamos a generar pensamientos negativos y nos invade sentimientos de tristeza, miedo, ira, etc… lo que es conocido como el envenenamiento del alma.
MATERIALIZANDO EGRÉGORES
Pero el egrégor también tiene una parte bastante oscura y peligrosa. Si el proceso del egrégor se mantiene en el tiempo, puede acabar cobrando vida propia, convirtiéndose en una entidad tan poderosa que continuaría existiendo incluso siglos después, adhiriéndose a otros grupos de personas preparadas para alimentar su “sed energética”. Un ejemplo de esto lo encontramos en el conocido ocultista Aleister Crowley, quien consiguió invocar a un egregor que había estado latente durante siglos. Crowley utilizó la primera sección del grimorio del siglo XVII “La Llave Menor de Salomón” que contenía las descripciones de setenta y dos demonios, y lo utilizó para adquirir influencia, poder y riqueza.
Pero los expertos en el tema advierten que cualquiera que trate de utilizar negativamente un egrégor se puede ver envuelto en la manipulación de sus capacidades psíquicas y las restricciones de las libertades internas. Lo peor de todo, el egrégor puede aparecer para convertirse en el amo de todo un colectivo. Algunos van mucho más allá, asegurando que estas manifestaciones afectan a la Tierra, con fuertes terremotos, erupciones volcánicas y otros desastres naturales.
PUEDES CONTROLARLOS
Ellos están bajo el poder de los pensamientos y condicionados a nuestras vibraciones energéticas. Cualquier programación de autoestima positiva será utilizada por estas entidades. Según explica la reconocida vidente Elise Defer en su blog, una afirmación positiva no necesariamente tiene que ser una lista escrita a mano o con frases que indican lo que debes pensar a lo largo del día. Tus pensamientos, emociones y sentimientos tienen que ser espontáneos y también tus afirmaciones.
Por lo que los egrégores deben ser únicamente utilizados para nuestro beneficio y en ningún caso para causar daño a terceras personas. Tenemos que tener claro que podemos crearlos y debemos alimentarlos con energía positiva.