Se han
presentado en este informe dos de las teorías para la formación del Agujero del
Ozono de la Antártida: la Teoría química (que culpa a los CFC, como fuente de
cloro, ignorando la infinitamente mayor cantidad de cloro aportada por los
mares), y la Teoría Dinámica, de los vientos huracanados, el vórtice polar,
etc. Un tema que es realmente apasionante, y tremendamente importante por las
implicancias sombrías que una prohibición de los CFC tienen para la Humanidad,
y que se han comenzado a observar en países subdesarrollados donde la
prohibición del fumigante bromuro de metilo–prohibido por el Protocolo de
Montreal, hace que se pierdan grandes cantidades de granos cosechados por la
invasión de hongos, insectos, gusanos, roedores y otras pestes. Por ello es de
fundamental importancia que se establezca y quede afirmada la verdad sobre el
asunto: los gases CFC no tienen absolutamente nada que ver con una pasada,
actual o futura disminución del ozono, sea éste de la estratosfera, o a
ras del suelo, por la simple razón de que no existe absolutamente ninguna
reducción del ozono en la estratósfera de nuestro planeta que no se deba a
causas naturales y estacionales.
El tema de la capa de ozono, su famoso agujero de la Antártida y la
acción destructora que tendrían algunas sustancias hechas por el hombre, se
inscribe en la categoría de fraude total y absoluto, desde el principio hasta
el fin.
Hacia fines
de la década de los 20, los químicos de la empresa Du Pont producen y lanzan al
mercado una familia de gases conocida como Cloro
Fluoro Carbonos, uno de los productos más extraordinarios que haya
inventado el hombre.
Eran
demasiado maravillosos como para que alguien no les descubriera una contra.
TEORIA DEL FRAUDE:
"Hacia
1974, dos investigadores de la Universidad de California, Mario Molina y
Sherwood Rowland, observaron que la producción anual de CFC alcanzaba una cifra
cercana al millón de toneladas anuales y dedujeron que tratándose de compuestos
tan estables debía de haber miles de toneladas de ellos en alguna parte. En
consulta con algunos expertos en dinámica de la atmósfera concluyeron que los
CFC liberados en la Tierra, al igual que cualquier otro gas más liviano que el
aire, tenían que ser dispersados por los vientos a toda la atmósfera,
independientemente del lugar desde el que partieran. En una marcha lenta pero
segura, las corrientes ecuatoriales ascendentes deberían transportarlos hasta
la estratosfera, hacia un inexorable encuentro fotoquímico con la radiación
ultravioleta solar más energética. Los estudios de laboratorio de Molina y
Rowland demostraron que los químicamente inalterables CFC son poco estables
ante la radiación UV-C, pues se produce una reacción fotoquímica que da lugar a
la liberación de átomos de cloro (Cl').
"Los
átomos de cloro que se liberan son muy reactivos y muchos de ellos colisionan
con átomos (sic) de ozono (debería decir moléculas) produciendo monóxido de
cloro (ClO) y oxígeno molecular.
Primera Observación
Como es
fácil de advertir, si se libera hidrógeno o helio a la atmósfera,
subirán hasta la estratosfera porque son mucho más livianos (tienen menor peso
o densidad) que la atmósfera. Es sabido que esta capacidad de los gases
Hidrógeno y Helio se usa para inflar globos meteorológicos que suben hasta la
estratosfera (y globos para niños, también!). Por su parte, el más liviano de
los Freones (Freón-12) pesa 4,10 veces más que el aire, y el Freón-11 es 4,66
más denso que la atmósfera. Esto hace que los CFC, molécula por molécula,
sean entre 2,16 y 2,46 veces más pesados que el Hierro, cuyo peso molecular es
de 55,8. Por lo tanto, los CFC se comportan de la misma manera que lo hace el
hierro: cuando un objeto de hierro es liberado de la mano, cae hacia tierra a
una velocidad que depende de su forma aerodinámica, de su peso y la densidad
del aire.
LOS
CFC NO "SUBEN" A LA ESTRATOSFERA:
¡SON DEMASIADO PESADOS!
Esta es la
razón por la cual jamás se han podido detectar moléculas de CFC en las muestras
obtenidas de la estratosfera.
El Ozone
Trends Panel de la NASA emitió un parte de prensa el 15 de marzo de 1988
anunciando que la Capa de ozono sobre los EEUU y Europa había sufrido una
disminución del 3% entre 1969 y 1986 - (los estudios se mantuvieron
rigurosamente en secreto y no se publicaron sino dos años más tarde) - lo que
fue aprovechado por la prensa para publicar grandes titulares anunciando una
inminente epidemia de cánceres de piel debido al pronosticado incremento de la
radiación ultravioleta. En realidad, la información científica disponible y
publicada demuestra que lo que sucedió es exactamente lo
contrario de lo que expresó el Trends Panel.
En un
estudio publicado en la revista Science el 12 de febrero de 1988, Joseph
Scotto,(1) del Biostatistic Branch del National Cancer Institute de EEUU,
presentó dura evidencia científica probando que la cantidad de radiación UV-B
que llegó a la superficie de los EEUU no sólo no había aumentado sino que, por
el contrario, había disminuido un 7% entre 1974 y 1985. Este estudio, que fue
ignorado por los medios de prensa, estaba basado en lecturas directas de una
red de estaciones de monitoreo a nivel del suelo que habían estado registrando
diariamente la radiación UV desde 1974.
fue
aprovechado por la prensa para publicar grandes titulares anunciando una
inminente epidemia de cánceres de piel debido al pronosticado incremento de la
radiación ultravioleta. En realidad, la información científica disponible y
publicada
demuestra
que lo que sucedió
Scotto no
pudo continuar con las investigaciones después de 1985 porque los fondos para
el funcionamiento de la mayoría de las estaciones de monitoreo de radiación UV
fueron cancelados, y las estaciones fueron cerradas. Aunque Scotto es un
experto en cáncer de renombre mundial, no recibe más subsidios para viajar a
conferencias internacionales para presentar sus descubrimientos sobre la
disminución de la radiación UV. Joseph Scotto ingresó al famoso «cono de
sombra» proyectado por el poderoso lobby de la Internacional Ecologista. Es
bueno preguntarse, a esta altura del tema, ¿cómo puede ser que un asunto
estrictamente técnico – como es la química estratosférica – haya podido
acaparar los titulares de todos los diarios del mundo y haya movilizado a los
políticos para imponer una prohibición que les costará a sus naciones más
de 5 billones de dólares en los años venideros? La respuesta es: miedo al
incremento de las muertes debidas a los cánceres de piel, a medida de que mayor
cantidad de radiación ultravioleta llegue a la Tierra, supuestamente provocada
por una reducción del ozono.
El Agujero en la Antártida: El
Vórtice Polar Sur
Se
conoce como Vórtice Polar Sur a una región de la estratosfera de la Antártida
en donde se forman, a fines del invierno austral, vientos huracanados de hasta
400 km/h, formando un círculo que abarca toda la Antártida. Estos vientos
huracanados impiden que nada del interior del Vórtice salga hacia afuera, y
nada del exterior ingrese al mismo. Esto provoca que las condiciones
meteorológicas, físicas y químicas que tienen lugar dentro del Vórtice
Polar Sur sean únicas en el mundo.
A fines del
invierno y comienzos de la primavera (fines de Agosto y todo el mes de
Septiembre) se produce en la Antártida un fenómeno atmosférico conocido como
el Vórtice Polar Sur, que es el causante de la disminución del ozono en
la región. El fenómeno se produce cuando los rayos de sol comienzan a
iluminar la alta estratosfera de la Antártida, alrededor del 20 de
Agosto de cada año, y están cayendo también de manera perpendicular sobre los
7o 30' del hemisferio Norte. Esto significa que sobre la superficie del Polo
Sur reina todavía la oscuridad más absoluta.
La atmósfera
de la Tierra es casi opaca a la radiación ultravioleta, dejando pasar solamente
una ínfima parte de la que proviene del Sol, siendo absorbida casi totalmente
por el oxígeno y el nitrógeno presentes en la atmósfera. El ozono, con su
elevada inestabilidad química (o también su alto nivel de energía cuántica),
sólo contribuye muy humildemente a la absorción de los rayos UV. Debido a esta
opacidad a los rayos UV que tiene la atmósfera, los rayos solares que llegan a
la estratosfera del Polo Sur están compuestos, casi totalmente, por radiación
infrarroja y luz visible dentro de las bandas del espectro superiores a los 400
nm
Sin embargo,
alguna radiación UV correspondiente a las longitudes de ondas más largas
alcanzan a llegar a la región. Como es sabido, estas longitudes de onda carecen
de la energía suficiente para provocar disociaciones de moléculas estables
y pesadas
como las que existen en la estratosfera de la Antártida. Sin embargo, el ozono
puede ser disociado por estas longitudes de onda, debido a la inestabilidad
química propia del ozono. En la figura 4 se puede ver el efecto que tiene en el
tema la curvatura de la Tierra y la gran distancia que tienen que atravesar los
rayos UV a través de la atmósfera terrestre. Debido a la carencia de rayos UV
en la radiación incidente sobre la estratosfera, no se produce la disociación
atómica de las moléculas de oxígeno o nitrógeno, o aún de los numerosos
compuestos gaseosos presentes, tales como óxidos de nitrógeno, de bromo, de
flúor, de cloro, CO, etc..
Como el
contenido de radiación infrarroja es casi el 100% de la que ingresó a la
atmósfera, las moléculas de gases se calientan y comienzan a ganar energía
cinética. Esto significa que los gases se movilizan cada vez con mayor
velocidad hasta que comienzan a producirse corrientes de aire, verticales y
horizontales de gran magnitud. Se producen entonces vientos huracanados de
hasta 400 km/h girando sobre la vertical del Polo. Estos vientos giratorios
forman una especie de cono invertido sobre la Antártida, encerrando una gran
porción de la atmósfera, impidiendo que ningún gas en su interior pueda salir o
cualquier otro pueda ingresar al Vórtice. De esta forma, las moléculas de los
gases en el interior del Vórtice se entrechocan debidoal movimiento caótico
generado por los vientos. Sin embargo, las temperaturas de la estratosfera del
polo sur son, en esos momentos, las más bajas que se puedan registrar en la
Tierra, pordebajo de los -82oC. Las reacciones químicas se anulen
casi por completo disminuyendo hasta niveles bajísimos.
Cuando la
estratosfera antártica comienza a perder ozono, el calor generado por la
reacción del ozono al anularse, sumado al calor suministrado por la radiación
infrarroja del Sol, provoca corrientes de aire ascendentes. Cuando el sol
aparece sobre el horizonte del polo (21 de Septiembre) la tropósfera de la
Antártida se calienta rápidamente, generando más corrientes ascendentes que
llevan aire rico en oxígeno (y carente de ozono) desde altitudes inferiores a
la estratosfera. Esta desproporción del ozono producido por el aumento de
oxígeno es interpretado por los científicos de la Teoría Química como una
destrucción producida por átomos de cloro, culpando a los CFC de ser la fuente
productora del cloro.
Las
fronteras de estos cambios extraordinarios en las concentraciones de gases es
la pared del Vórtice Polar, formada por vientos huracanados de alrededor de
unos 400 kph. Durante el período de existencia del vórtice, ningún gas sale de
él - ningún gas entra tampoco. Imagine al vórtice como un reactor químico sellado
que tiene en su interior un agujero de vapor de agua, otro de óxidos
nitrosos y otro de ozono - todos ocurriendo de manera
simultánea. Por ello es que la Antártida tiene no uno, sino tres (o
más) "Agujeros".
Estas
condiciones químicas de la atmósfera no ocurren en ninguna otra parte del
mundo, excepto, quizá, durante el vórtice polar Ártico de muy corta vida. El
gráfico de arriba era muy común en las reuniones científicas, pero de aparición
muy escasa en los foros públicos y los medios de prensa. ¿Por qué aquellos que
se asustan por el Agujero de Ozono no se preocupan por los Agujeros de Óxidos
de Nitrógeno, de Vapor de Agua, de Oxígeno, y de otros más?
Explicar
esta química tan compleja ha sido siempre un enorme problema para los
proponentes de la teoría de la disminución
del ozono.
Desde su punto de vista, el “descubrimiento” del agujero en 1985 fue al
mismo tiempo una bendición y una maldición:
bendición
porque revivió sus decaídas fortunas; una maldición porque la teoría de F.
Sherwood Rowland y su ayudante Mario Molina no podía explicar de ninguna manera
a las disminuciones de ozono – ni dentro ni fuera del agujero.
El Ciclo “Cata-Paralítico” del
Cloro
Resumiendo:
Lo
importante aquí es que, cada vez que el monóxido de cloro es disociado por la
radiación UV, se libera un átomo de oxígeno que puede unirse a la primera
molécula de algún gas cercano para unirse a ella formando algún otro compuesto.
Los gases más abundantes en la estratosfera son el nitrógeno y el
oxígeno, siguiendo en orden de importancia el argón, el CO2, el metano, el
cloro, los CFCs, etc., hasta llegar al gas menos abundante de todos que es el
ozono (cuya concentración es: 0,000003%, tres millonésimas partes por ciento).
Como el átomo de oxígeno libre tiene muchas millones de veces más
probabilidades de hallar una molécula de oxígeno para unirse formando ozono,
que una de ozono para destruirla (21% contra apenas 0,000003%), se ve que la
formación del ozono es más rápida y más probable que la destrucción de ozono
que podrían hacer, ya sea un átomo de cloro o el átomo de oxígeno.
Segundo: Las
moléculas de monóxido de cloro pueden recibir el "impacto" de un
átomo de oxígeno separado de la "reacción catalítica" de otra
molécula de óxido de cloro (ClO) cercana y formar dióxido de cloro (ClO2, o
también dióxido de cloro
(OClO) sin
que haya destrucción del ozono. Esos átomos de cloro y oxígeno libres también
pueden encontrar en su camino a otras moléculas (y átomos libres) y combinarse
con ellos para formar cualquier otro compuesto, sin que haya destrucción de
ozono. Estas muchas reacciones se conocen como "reacciones
de
interferencia", porque interfieren con la acción del cloro sobre el ozono.
Considerando
las concentraciones de gases en la estratosfera, la gran cantidad de reacciones
de interferencia que impiden al cloro reaccionar con el ozono, y el hecho
científico comprobado de que el cloro no puede actuar sobre el ozono fuera de
las superficies sólidas de los cristales de las nubes estratosféricas (fase
heterogénea [superficies sólidas] de la fotoquímica atmosférica), se da cuenta
uno de que las probabilidades de que el cloro pueda destruir a la capa de ozono
son menores a las que tenemos de sacarnos el premio gordo de la Lotería
Nacional.
Y colorín
colorado, el cuento de la "tonteoría" del ciclo
"paralítico" del cloro se ha acabado. Pero lo que no se ha acabado es
a permanencia en el tiempo y los medios de difusión masiva del mito y el fraude
científico. Molina obtuvo el Premio Nobel de química en 1995, junto a su
maestro F. Sherwood Rowland y Paul Crutzen, no por su trabajo científico en sí,
sino por "Los tres investigadores han contribuido a nuestra salvación
de un problema ambiental global que podría haber tenido consecuencias
catastróficas ", rompiendo con la condición básica impuesta por
el mismo Alfred Nobel para otorgar los premios: "Por sobresalientes logros
en las ciencias, que lleven al progreso de la industria y al beneficio de la
humanidad". Un notorio ejemplo de la manera en que la ciencia ha sido
abusada políticamente, dejando llano el camino para más ciencia basura y
fraudulenta, y para absurdos tratados internacionales que tendrían tremendos
efectos sobre la economía global y ninguno sobre el aumento del CO2 y el
mejoramiento de la pobreza y el hambre en el mundo.
Para aquellos lectores que desean
ampliar su conocimiento del fraude de la capa de ozono, adjunto la fuente y el artículo
extenso a esta entrada: